República Dominicana y la República de Haití comparten la Isla de Santo Domingo. Ambos Estados “independientes”, compuesto por sociedades diferentes en sus orígenes, percepción presente y visión de futuro.
Tomar en cuenta que el término “independiente”, aun cuando infiere autonomía e independencia adquiere connotación de relativo. En tanto que si compartimos territorios aledaños significa que hemos acordado normas de convivencia o de vecindad.
De igual manera que la visión o acción de “ver”, proyecta un itinerario que sugiere:
Luis Manuel Gómez Gatón.
Primero, tomar conciencia de que somos un Estado reconocido en el orden internacional, asentado en un territorio determinado y dotado de órganos de gobierno propios.
Segundo, empoderarnos de los elementos identitarios de nuestra sociedad.
Tercero, reconocernos en la otredad o identidad del próximo.
Cuarto, redimensionar el término “frontera”, no como confín del territorio sino como puerta en donde empieza el imperio de la patria.
En consecuencia a estos preceptos, revisar la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 con el mayor sentido crítico; la pertinencia de los elementos que se han desarrollado y las ponderaciones factibles de los que han quedado rezagados.
Revisar textos editados que sustentados en corrientes ideológicas o emotivos, distorsionan hechos históricos y redireccionan o condicionan la visión de futuro de la sociedad dominicana.
Desarrollo:
La complejidad manda en diferentes sentidos: Educación, ordenamiento territorial, ordenamiento del estamento productivo, establecer bancos de pensamiento.
En educación establecer la filosofía como eje transversal, para fortalecer sentido deductivo dentro de cada disciplina.
En el ordenamiento territorial (el territorio es finito): ordenar de acuerdo a la vocación y cultura de la zona (proyectar a 100 años tomando en cuenta nuestras vecindades), restablecer la figura del Alcalde pedáneo.
Ordenamiento del Estamento productivo (emprendimiento, economía familiar…horizontalizar la clase media).
Los bancos de pensamiento, (“soñar para hacer”) a partir de simulaciones de la realidad interna e incidentada por las realidades externas.
La Visión de la sociedad dominicana en las relaciones Dominico-Haitiana
La leyenda cristiana de “ama al prójimo como a ti mismo” tiene como precepto amarse primero a si mismo y en consecuencia amar al prójimo; reconocerse amado en ensimismo categoriza el nivel de amor que se dispensa al prójimo.
Si bien estamos sometidos a leyes adjetivas, también a leyes subjetivas; ambas en el mejor sentido de la convivencia; para que exista convivencia debe existir equidad; La equidad no sugiere deprimir a uno al estado primitivo del otro sino la superación del otro al estado deseable de la buena convivencia. En todo caso el sentido de buena voluntad deba primar sobre la mesa.
La solidaridad de los pueblos dominicano-haitiano debe persistir, pero solo mediante programas que puedan arrojar resultados deseados en cuanto al buen vivir y la buena vecindad.
